Es símbolo de la esencia extraída de nuestros corazones, triturados a través de la molienda de la vida, ese camino difícil de historias dolorosas que se condensa en lágrimas y cantos, danzas y líricas. La caña y el licor destilado de sus venas son una canción de la existencia con el ritmo esperanzador de la alegría, de la comunidad, de la vida eterna en infinitos ciclos de engranajes, que en cada vuelta extrae lo mejor de nuestras almas

• Transparente, sutilmente ambarino.
• Notas sutiles y balanceadas por su origen de caña de azúcar, melazas con frutas tropicales, herbales levemente ahumados, lejano especiado y arrastres minerales.
• Suave dulce de mandarina y jugosos limones colombianos, sabor meloso de trapiche y picosos montañeros
• Final de licor de artesanos y mediano picor con persistente recuerdo de alcohol pasado por alambique.
• Nivel alcohólico 24%.